viernes, 24 de diciembre de 2010

Paperback writer, de los Beatles

Escritor de libros de bolsillo, escritor, escritor

Estimado Señor o Señora, ¿querrá usted leer mi libro?
Me ha costado años escribirlo, ¿querrá echarle un vistazo?
Está basado en la novela de un hombre llamado Lear
Y necesito trabajo porque quiero ser
Escritor de libros de bolsillo
Escritor de libros de bolsillo

Es la sórdida historia de un sórdido hombre
Cuya pegajosa esposa no le entiende
Su hijo trabaja para el Daily Mail
Es un trabajo estable pero él quiere ser
Un escritor de libros de bolsillo
Escritor de libros de bolsillo
Escritor de libros de bolsillo, escritor, escritor

Tiene unas mil páginas, más o menos
Y escribiré más en un par de semanas
Puedo alargarlo si le gusta el estilo
Puedo cambiarlo de arriba a abajo, porque quiero ser
Un escritor de libros de bolsillo
Un escritor de libros de bolsillo

Si de veras le gusta, puede quedarse con los derechos
Podría ganar un millón de la noche a la mañana
Si tienen que devolverlo, pueden enviármelo aquí
Pero necesito una oportunidad, porque quiero ser
Escritor de libros de bolsillo
Escritor de libros de bolsillo

Escritor de libros de bolsillo, escritor, escritor
Escritor de libros de bolsillo, escritor
Escritor de libros de bolsillo, escritor
Escritor de libros de bolsillo, escritor

domingo, 12 de diciembre de 2010

Francis Ford Coppola, y datos basicos para crear ficción

Clase magistral de cine de Francis Ford Coppola en el Festival de Marrakech
Coppola: 'Entramos en una nueva era y quizá el arte sea gratis'
Daniel Izeddin | Marrakech (Marruecos)
Actualizado sábado 11/12/2010 07:42 horas
"¿Quieres tener éxito, ser rico y famoso, y que todo el mundo te invite a festivales de cine, o quieres hacer películas preciosas y bellas, que revelen humanidad en cierto modo, y que sean útiles? Son dos maneras distintas de hacer las cosas". Fue una de las ideas que Francis Ford Coppola lanzó a los asistentes de la charla que pronunció el pasado martes en el Festival Internacional de Cine de Marrakech.
Anunciada como una clase magistral del cineasta, éste se negó a que le otorgaran la etiqueta de maestro, ya que él se considera todavía un estudiante: "En todo caso un estudiante de último año", afirmó entre las carcajadas de un público mayoritariamente joven. El director de 'El Padrino' quiso además dejar claro que aprender a ser un buen cineasta es también aprender a ser una buena persona, algo que descubrió cuando intentó enseñar a sus propios hijos normas y lecciones sobre hacer películas.
"Ya soy rico, ya soy famoso, ya tengo unos hijos maravillosos que están siguiendo mis pasos, tengo todo. ¿Qué no tengo? ¿Qué me hace seguir avanzando? Quiero aprender sobre el mundo, quiero aprender sobre la gente, quiero aprender, sobre todo, sobre mí mismo. Así que para mí, el cine es aprender", confesó Coppola antes de explicar que muchos artistas tienen a la vez otro trabajo, ya que no ganas necesariamente dinero con el arte. "Ahora hago películas personales en las que nadie me dice qué tengo que hacer, pero el dinero lo gano en la industria del vino". "Como entramos en una nueva era, quizás el arte sea gratis, quizás los estudiantes tienen razón y deberían tener derecho a descargarse películas y música. Me van a matar por decir esto, pero quién ha dicho que el arte tiene que costar dinero y por lo tanto quién dice que los artistas tienen que ganar dinero".
El cineasta dio varios consejos más, como el tomar notas con todas las ideas que uno tenga apuntando fecha y lugar, saber trabajar en equipo y escuchar a los demás: "no como cuando yo era joven", confesó. Otras sugerencias fueron anotar todo lo que sientas cuando lees por primera vez un libro que pretendes adaptar al cine, o resumir cada película en una o dos palabras, lo que Elia Kazan definía como el núcleo: "En 'El Padrino' la palabra seria sucesión, y en 'Apocalypse Now' moralidad".

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/10/cultura/1291992198.html

sábado, 4 de diciembre de 2010

Trsnmitir el amor por la lectura, segun Antonio Carrizo

–¿El mayor capital es la sabiduría?

–No, el mayor capital es tener guita (risas). La sabiduría te puede convertir en un hombre triste, con conciencia de la pobreza, de la injusticia, de las propias falencias. Un hombre que sabe, entre otras cosas, puede llegar a saber que sabe menos de lo que cree. A veces, la sabiduría es un castigo, es tener deudas.

–¿Se puede transmitir el amor por la lectura a través de la radio?

–No. Lo que se puede transmitir es que la gente sepa que existen libros, música... Que sepa que por lo menos existen. Pero transmitir el amor por la lectura es como repartir libritos en la cancha de fútbol para enseñar a leer. La lectura es otro tema.

¿ Palabras o imágenes? : entrevista a Antonio Carrizo

- ¿ Usted cree que es cierto que una imagen vale más que mil palabras?

- No.Es mentira. Una palabra vale más que mil imágenes. Hay un poema de Borges a la palabra “luna”. Es extraordinario, precioso, las cosas que dicta la palabra “luna”. Lo que pasa es que tenés que tener preparada la cabeza, el espíritu, el alma, la atención para decidir si te importa más una imagen o una palabra. Las palabras valen mucho más que las imágenes. Cuatro líneas de Neruda, de Borges, son irreemplazables. Si no, los poetas en vez de escribir hubieran dibujado o sacado fotos.

Antonio Carrizo : la lectura es humillante y petulante

http://www.youtube.com/watch?v=H5A8LPeIjys

En una entrevista que le hizo Chiche Gelblung al locutor y bibliófilo Antonio Carrizo, este dijo.
"La lectura es un llamado, una forma de enajenacion y term,oina siendo una forma de humllacion , de frustración y de petulancia . El autor lo pudo escribir y vos no. Por eso uno sabe siempre que esta leyendo algo superior a uno. Pero el lector es autor, tambien cada uno lee lago distinto . ¿ Quién sabe qué lee cada uno al leer a Hamlet ? Ni Freud lo supo, que se equivoco siempre con Hamlet .Es frustrante porque antes de empezar a leer sabes que no vas a leer todo lo que hay escrito. Y es petulante porque aunque los niegues, con los años te das cuenta que la lectura te da un tonito de petulancia que es horrible . "

lunes, 15 de noviembre de 2010

Leer desarrolla el cerebro

Aprender a leer, un fenómeno muy reciente como para haber influido en la evolución genética, tiene un impacto importante sobre el cerebro, que se adapta y utiliza, con independencia de la edad de alfabetización, regiones cerebrales destinadas a otras funciones.
"No hay un sistema cerebral innato especializado en la lectura, tenemos que hacer bricolaje, utilizar sistemas que ya existen", explica Laurent Cohen, investigador del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (INSERM) y uno de los responsables del estudio, publicado por la revista Science. Usando Resonancia Magnética, los investigadores midieron la actividad cerebral de 63 adultos voluntarios con diferentes índices de alfabetización: 10 analfabetos, 22 personas alfabetizadas en edad adulta y 31 personas escolarizadas desde la infancia. La investigación se realizó en Portugal y Brasil, países en los que hasta hace unas décadas, era relativamente frecuente que los niños no fueran escolarizados.
Los resultados mostraron que, por un lado, aprender a leer activa el sistema visual en las regiones especializadas en la forma escrita de las letras, como es lógico, pero también en las regiones visuales primarias, aquellas adonde llega toda la información visual. Además, en la gente que aprende a leer, el cerebro recurre también a las zonas especializadas en el lenguaje hablado, puesto que la lectura "activa el sistema del habla" para tomar consciencia de los sonidos y permite "establecer relaciones entre el sistema visual y el sistema del habla, entre las letras escritas y los sonidos", subraya Cohen.
Por otra parte, el aprendizaje de la lectura, incluso en la edad adulta, provoca en el cerebro una redistribución de una parte de sus recursos. De esta manera, el reconocimiento visual de los objetos y las caras cede parte de terreno a medida que aprendemos a leer y se desplaza parcialmente hacia el hemisferio derecho.
Los investigadores también comprobaron que en los adultos que aprenden a leer, "los cambios que esto provoca son casi los mismos" que en los sujetos que se alfabetizaron siendo niños, aunque aquellos no obtienen tan buenos resultados por la falta de entrenamiento, concluyó Cohen.

domingo, 3 de octubre de 2010

The Big Fish : el arte del buen mentir


En el film " The Big Fish", Tim Burton nos habla de la importancia de la fantasía, y de cómo la realidad puede mejorarse con exageraciones y mentiras. Lyendo una biografía de Loenardo Favio, el mismo cuenta que acabó siendo director de cine estimulado por las mentiras de sus amigos del pueblo, que le inventaban leyendas acerca de Buenos Aires, la lejana gran ciudad. Es cierto lo que decía un viejo periodista : " Nunca dejes que la verdad te arruine un buen relato".
Esto cuenta Favio:


"-¿Cómo era para vos Buenos Aires cuando vivías en Mendoza?
- Lo había visto un poco, desde dentro del Hogar El Alba, y cuando me escapé, durante los seis meses que pasé en la pensión donde vivía mi mamá, antes de volver a Mendoza. Pero para mí esa ciudad no era Buenos Aires. La verdadera Buenos Aires era la que nos mentía, allá en Luján, el Manco Bastías. Nos reuníamos a escuchar sus historias, que todos sabíamos que eran inventadas pero jugábamos a que nos las creíamos. Total... después de todo, ¿qué importaba que fueran ciertas o no, si eran maravillosas? Nos contaba que él había llegado a Buenos Aires y veía a las mujeres rubias y blancas que tomaban sol desnudas en las terrazas. Sabíamos perfectamente que el Manco Bastías nunca había estado en Buenos Aires y que, a lo sumo, habría estado dos veces en la ciudad de Mendoza. Su reino era Luján. Nunca salió de Luján. Pero era irresistible su historia de cuando lo conoció a Gatica en su inmenso palacio. Decía que había tenido que pasar cuatro puertas custodiadas por mayordomos para llegar al gran salón donde lo recibió. Gatica estaba solo, sentado en un trono dándole bombones a un bulldog. ¿Qué carajo importaba que fuera verdad o mentira si después de todo ése era Gatica? El Manco también nos hablaba de cuando conoció Mar del Plata. “Vos llegás y todo está lleno de palacios, palacios, palacios de mármol, y yo me llené de guita yendo casa por casa y pidiendo la ropa que les sobrara. Me tiraban smokings, jackets, camisas de seda”, nos decía. ¿Cómo no me iba a atrapar su cuento si el agua más lejana que yo había conocido era la de las acequias de Mendoza? Si no tenés imaginación ni sueños, ni un poco de poesía adentro, le decís: “Callate, negro mentiroso”. Pero la apuesta era quedarte callado, mirarlo, y soñar con él que esas rubias existían. Y yo después iba y les mentía a otros que había visto esas mujeres cuando había estado en Buenos Aires. Qué divino era el Manco Batías, era el más mentiroso de Mendoza. Nunca conocí a un mentiroso de tanta imaginación. Tenía una mujer muy bonita, rubia, hija de italianos. Era un tipo buen mozo, y en esa época tendría veinticinco, veintiséis años. Los domingos lo veías en la plaza rodeado de vagos y contando mentiras. Bueno, mentiras no, sueños. Siempre llegaba el momento en que alguno le pedía: “Manco, contá de cuando te casaste”. Ahí él entraba a contar su casamiento: “Yo, un negro de mierda, no podía creer tener esa virgen tan rubia. Cuando llegaba a mi casa le decía: desnudate, mamita, y la veía rubia como una diosa blanca”, y seguía transfiriéndonos todos sus ratones que, por lo general, a la noche estallaban en nuestras camas, porque -la verdad- era muy bonita la mujer del Manco."
Es siempre mejor contar que uno pescó un pescado así de grande.

Escribir para que nos publiquen

"Para mí, esto era ser artista: “Ya una vez me sacaron en el diario, con foto y todo, mire. Ve, aquí dice: ´Al vecino Carlos Irrazábal lo pateó un equino´. Ve, con foto y todo, porque me pateó un caballo. No... si a mí siempre me gustó esto de ser artista”, dice Charlie. Está convencido de que ser artista es salir en las revistas. "-Leonardo Favio, acerca de su personaje en su película " Soñar , soñar"
" Pasen y vean" , biografia de Leonardo Favio, por Adriana Schettini

viernes, 1 de octubre de 2010

Hernán Casciari : Penurias de un escritor

(de su website : http://orsai.bitacoras.com/2010/09/renuncio.php)
Renuncio
30 septiembre, 2010
Renuncié hace unos días a mi columna de los domingos en el diario La Nación, de Argentina, y renuncio hoy a mi columna de los viernes en El País, de España. Noventa columnas y dos años de trabajo en La Nación; ciento veinte columnas y tres años en El País. Aprendí mucho de ambos periódicos. Aprendí, sobre todo, que solamente me puedo divertir en un medio sin publicidad, y que solamente puedo dormir los viernes —de un tirón, sin telefonazos intempestivos— en un medio sin ideología.

I.
Cuando me llamaron del diario El País para hacer una columna los viernes en el EP3, aquel era un suplemento de 16 páginas y mi extensión límite de cuatrocientas palabras. Aquello fue en marzo de 2008. Todavía no despuntaba en Europa la crisis y las empresas aún invertían muchísimo en publicidad. A los seis meses entró un pie de página justo debajo de mi columna y adiós mis cuatrocientas palabras. Mi límite fue de trescientas veinte.

Entonces llegó la crisis. Pensé:
—A ver si ahora, sin tanto auspiciante, vuelvo a mi tamaño original.
No. Le quitaron un pliego al suplemento para abaratar costes. Más tarde la crisis arreció, y adiós otro pliego. Mi última entrega, que ocurrirá mañana, son escasísimas doscientas cuarenta palabras en un suplemento de ocho páginas. ¿Saben ustedes cuántas son doscientas cuarenta palabras? Lo que acabo de escribir ahora, en estos cinco minutos. El próximo punto y aparte será igual a mis columnas de El País.
Se me podrá decir que tengo suerte, porque al final del camino cobré lo mismo por hacer la mitad del trabajo, pero ése es justamente el pensamiento rácano del periodismo actual. Mejor sería pensar: ¿tiene sentido que un tipo que escribe tenga que expresarse conforme avance o retroceda la publicidad? Por lo menos no se trata de censura ideológica, es verdad, pero la decepción interna es idéntica.
No puede ser posible que cuando las cosas le van muy bien a las empresas tengas que escribir menos —porque entra publicidad— y cuando las cosas le van mal a las empresas tengas que escribir menos —porque le quitan páginas al diario. ¿Qué tiene que pasar, económicamente hablando, para que los lectores leamos en paz (o para que los periodistas escribamos en paz) un texto de mil palabras?
En La Nación de Argentina, en cambio, nunca me recortaron las seiscientas palabras de mi columna dominical. Allí el límite sí era más bien ideológico. No utilizar groserías, que todo lo dicho sea una verdad contrastada, respetar a la institución eclesiástica y no escandalizar a los lectores habituales del periódico. Unas cláusulas complicadas para quien escribe, más por limitación que por estilismo, enormes boludeces y mentiras grandes como un caballo.
Cada vez que enviaba una columna incorrecta a La Nación, sonaba el teléfono de casa. Es horrible cuando te corrigen desde un país donde hay cinco horas de diferencia horaria, porque el llamado fatal ocurre, casi siempre, a las dos de la madrugada.
—Hola Hernán, disculpame la hora pero estamos cerrando —me decían.
—No, todo bien, decime —contestaba yo con la voz seca y el lado izquierdo de la cara con marcas de almohadón.
—Estábamos editando tu columna y nos saltó una duda. ¿Qué querés decir, exactamente, en el párrafo sobre Ratzinger?
—En qué parte.
—Donde ponés que a “Ratzinger le gusta que le metan una lámpara de pie en el ojete”… ¿Está contrastada esa información?
—No. Es una sospecha que tengo.
—Pero es muy delicado decirlo sin un sustento. Es una información muy fuerte.
—No es una información, es un chiste. ¿Querés sacar ‘ojete’ y poner ‘ano’? Por mí todo bien, no soy quisquilloso.
—Me preocupa más la expresión ‘lámpara de pie’… A nuestros lectores no les gustan esas referencias lumínicas hacia la Iglesia Católica.
Entonces yo me levantaba, iba a la máquina y empezaba a quitar chistes y pensamientos trasnochados hasta que quedaba una columna más decente. También menos mía, es verdad. Pero mucho más decente.
Si tengo que ser sincero, en estos dos años me molestaron más los recortes de El País que los de La Nación. El diario argentino me limitaba en base a un convencimiento moral o, por decirlo de algún modo, por respeto a un libro de estilo interno y a una tipología de lector. El diario español no. Los recortes de El País de los últimos años —y el de casi todos los periódicos de este lado del charco— se basan en el impulso económico de abaratar costes y de pensar, cada vez menos, en sus lectores.

II.

Y ya que estamos en el tren, aviso por este medio a Random House Mondadori que también renuncio a sacar nuevos libros con la Editorial Sudamericana de Argentina, o con Editorial Grijalbo en México. Por contrapartida, no tengo más que agradecimientos con Plaza & Janés de España. Pero como vengo embalado tampoco publicaré más allí.
No quiero saber más nada con Grijalbo porque en 2006 editó una versión de “Más respeto que soy tu madre” cambiando frases completas del libro sin consultarme. (Ya una vez lo conté en este blog.) De repente, mi personaje Zacarías Bertotti no era hincha fanático de Racing, sino del América de México. Y sin consultarme tampoco, Grijalbo le puso a ese mismo libro una portada espantosa y una tipografía horrenda. Y sin consultarme, catalogó a mi novela como de “autoayuda”. No quiero saber más nada con Grijalbo porque nunca supe si habían vendido un ejemplar. No me lo dijeron jamás, ni telefónicamente, ni por la vía habitual de depositarme la guita en el banco. No tengo datos al respecto.
Y no quiero tener más relación con Editorial Sudamericana porque estoy podrido de contestar mails de los lectores argentinos diciendo que mis libros siempre están agotados, o que no los pueden encontrar. Caminé muchas veces por Buenos Aires y lo comprobé. Distribución espantosa, marketing desganado, mucha desidia. Si no hubiera sido por los benditos .pdf de cada libro, que aparecen puntuales en Orsai, en mi país de origen no me lee ni el gato.
La última vez que estuve en Buenos Aires (no fue hace mucho) el director de Sudamericana me dijo, como al pasar, que solamente se habían vendido 975 ejemplares de mi primer libro de bolsillo en Argentina. Me dio una grandísima vergüenza en retrospectiva. Por suerte no supe aquello en 2005 —pensé— cuando salió aquel libro, porque me retiraba para siempre del circuito de las letras.
Sin embargo, un par de semanas después me encontré en el Skype con Andrés Monferrand, un gran amigo y un buen librero mercedino.
—En Mercedes tus libros se venden como bizcochitos —me dijo feliz—. Tengo una lista de cuánto vendí en la librería, año por año.
Y me adjuntó esas cifras. De aquel primer libro de bolsillo, Andrés había vendido en mi ciudad natal 650 ejemplares. Qué extraño, pensé, recordando la cifra total de ventas en Argentina según Sudamericana. Qué extraño. En una de las tres librerías de mi ciudad casi se habían vendido todos los ejemplares del país. O Andrés me mentía, o me mentía la Editorial.
Yo creo que Andrés exageraba.

III.

La revista que estamos haciendo con el Chiri es, sobre todo, ganas enormes de volver a leer largo y tendido, y de que cada colaborador escriba hasta que se le antoje. Queremos tener en las manos un papel que no te venda nada, ni explícito ni subliminal. Regresar a la crónica periodística y a la ilustración de calidad, y que las fotos te cuenten una historia, y que cada línea y cada desglose esté hecho por personas apasionadas, y no por burócratas, pasantes, acomodados y becarios.
En Francia hay un precedente. El periodista Patrick de Saint-Exupéry trabajaba en Le Figaro y, según él, no soportaba ajustar sus artículos a un número limitado de líneas. Entonces creó la revista XXI, en enero de 2008, respondiendo justamente a eso. Reivindicaba el periodismo de investigación, el mismo que la prensa tradicional está perdiendo a causa de Internet. O, en realidad, por querer parecerse a Internet.
Yo me compré unos números de la XXI, y está muy bien, a pesar de ser demasiado seria. Pero algo no me gustó. La suscripción anual sale 60 euros en Francia, 70 euros en Latinoamérica y 80 euros en África. ¿En África, incluso en la zona africana que habla francés, la revista sale más cara que en el resto del mundo? Algo está funcionando mal.
Nosotros estamos armando una revista que, encuadernadita y con olor a tinta fresca, llegará sin falta a los países que hablan nuestro idioma. A todos esos países, quiero decir, no únicamente a España, México y Argentina. A todos. Queremos que la revista llegue a cada sitio donde haya alguien que quiera leer con serenidad, y que tenga un precio razonable para ese sitio. No importa si ese sitio se llama Madrid o se llama Cochabamba. Tiene que costar, en cada región, lo que cuesta un libro de tapa blanda. O es así, o no es.

Y va a ser así, incluso a pérdida.

El mayor de nuestros objetivos, el que más ganas nos dará cumplir el uno de enero, es que la revista Orsai llegue a Cuba con un precio de tapa de 4 pesos cubanos, gastos de envío incluido. La misma que en Barcelona costará 20 euros, o 15 (ya veremos), y en el resto de Latinoamérica valdrá 11 dólares, o 9 (ya veremos). La misma. Nuestro objetivo es demostrar que si nadie lo hizo todavía, no fue por imposible.
Estamos organizando una estructura de distribución en donde ustedes, los cientos de lectores que llenaron de comentarios el texto anterior, tienen muchísimo que ver. Una red entre los lectores y los libreros como Andrés Monferrand en Mercedes, o como el propio Chiri en Luján. Los libreros amigos. A ellos tenemos que empezar ya mismo a decirles que estén atentos a este blog la semana que viene. Y que saquen con tiempo una cuenta en PayPal, porque empezarán a hacer buenos negocios. Para empezar, la cosa es con ellos. Con los libreros. Y a los libreros los tienen que informar ustedes.
Pero basta, basta, ya estoy adelantando más de lo que puedo, y hoy me senté a escribir sobre otra cosa. Sobre La Nación, sobre El País, y sobre Random House… Hoy tenía ganas de escribir sobre renuncias y portazos.
En este sencillo acto, entonces, y ante la aterradora mirada de Cristina, mi mujer, que es catalana y no entiende de gestas y epopeyas, renuncio a todo lo molesto y a todo lo incordioso y a todo lo burocrático y a todo lo extremadamente sigloveinte de mi oficio. Le digo chau, feliz de la vida y sin rencor, a los intermediarios que me obstaculizan la charla con los lectores. Chau publicidad, que te recorta la palabra; hasta nunca burocracia, que te distribuye mal y pronto; adiós y buena suerte ideología, que te despierta por la noche.
—También dile adiós a la seguridad social y a que nos entre un duro en el banco —me interrumpe Cristina—, saluda de nuestra parte a la universidad de la Nina, despídete de comprarnos una casa y dejar de ser inquilinos, dile adiós a hacerte el tratamiento de conducto cuando se te caigan los dientes de tanto cenar las sobras… Que lo sepas, que yo cojo una maleta y me marcho, si sigues con esa idea de Cuba a cuatro pesos. ¿Qué se te ha perdido a ti en Cuba? Tú y el imbécil de tu amigo. Que desde que llegó os creéis Batman y Robin…
—¡Silencio, mujer! ¡Con tus gritos nadie puede ser anarquista en esta casa!

martes, 28 de septiembre de 2010

Entrevista a Ana von Rebeur en Ecuador: Sobre leer y escribir

Entrevista a Ana von Rebeur para el libro sobre escritores latinoamericanos de Edgar Freire Rubio, a publicarse en Quito, Ecuador .

¿Quién le motivó a la lectura?

Mi madre y mi abuelo maternos eran enormes lectores. Mi abuelo era unchecoslovaco autodidacta que habia aprendido 5 idiomas. Aunque era ingeniero, trabajaba y jugaba mucho altensi, creo que jam´s lo vi sin un libro en la mano. Mi abuela , que era italiana, se oefndía con él , porue la acmpañaba a misa con un libro y se pasaba leyendo a Whitman, Shopenhauer o Tosltoi durante toda la misa. Todos sus ahorros los gastaba en libros, y en eltarage tenia una bibvlioetca con tres filas de fondo de libros de suelo a techo. A mi me fascianaba metreme ahi y hojearlo todo durante horas. Suoongio que empecé a leer de tanto ver a mi mare y mi abuelos tan absortos en la lectura En algun momento habré pensado " ¿ Que tendra eso de leer de tan fantástico que les hablo y ni me escuchan?" . Ellos también rean mucho de interrumpir la lectura y comentar a viva voz " ¡ Mira qué bello lo que dice aquí!" . Y te transmitían su emoción al hallar algo hermoso. Mi abuelo recitaba La Divina Comedia de Dante Alighieri en su versión original en italiano. me obligaba a escucharlo y yo me aburría bastante, pero todavía recuerdo ese verso de " Nessun maggior dolore che ricordarsi del tempo felice nella miseria" , que es una gran verdad: " No hay dolor mayor que recordar los tiempos felices en la miseria" .


¿Qué libros leía en su infancia y de qué manera han influido en su vida?


De pequeña , leí las fabulas de Esopo y de La Fontaine , de uan sediciones con mágicos grabados antigios de mi mamá. También los cuentos de Grimm y Perrault .Ya más grande me leí toda la colección Robin Hood, de tapas amarillas , y varios de Iridium para chicos. A los 11 años leí los diarios de Anna Frank y de la pedante noble rusa Maria Baschkirtseff, vaya contraste. Mi madre me dio Cronicas de Avonlea, de L. M. Montgomery y las obras de Mark Twain, Huck Finn y Tom Sawyer. No entendí bien que era ese mundo niño solo entre negros, esa historia de la "escuela dominical" y de "prohibido jurar" que siglos después supe que era decir palabrotas en una traducción horrorosa para una niña latina. Tendrían que haber venido con un glosario o una ubicación en tiempo y espacio. Para mi esos chicos eran marcianos con vidas de adultos.No sé porqué jamás me permití, ni de niña, dejar un libro por la mitad. Aunque lo odiara , lo leía hasta el final, quizás esperando una epifanía en algún momento. Por supuesto, me leí todo Mujercitas , Homvrecitos y Ochos Primos de Louisa May Alcott .Odié a Amy y a Meg, no lamenté la muerte de Amy, Laurie me parecía un idiota si no se enamoraba de Jo, y Jo era mi heroína total y mi primer modelo de mujer feminista del siglo XIX. Por ella empecé a trepar árboles en lugar de jugar a las muñecas.Despues no entendí por qué Jo se casa con ese viejo sin gracia del profesor Baer . Hasta que yo misma encontré a mi profesor Baer en la vida...Creo que yo tenía unos tres o cuatro libros en la mesa de luz que leia al msimo tiempo. Me pareció muy triste y atrapante Papaíto Piernas Largas de Jean Webster, y Anna Karenina de Tolstoi. Mi madre era socia de varias bibliotecas y en casa jamás faltaron libros.


¿Cuáles considera los libros más importantes y de qué manera han influido en su vida?
Recuerdo haberme deslumbrado con Simone de Beauvoir como a los 12 años: me abrió los ojos a muchas cosas, me dió respuestas a muchas de mis preguntas. Y creo que descubrí el humor en literatura con el fabuloso libro Violeta , de George Whitfield Cook, que debo haber leido a los 9 años, porque ella tenía 12 y me parecía " la grande" . me identifique mucho con ella porque en la tapa de la colección Robin Hood la ilsutración la mostraba como un calco de lo que ella yo: trenzas, anteojos, un libro en la mano, un look intelectual y las medias caídas.... Muchos años depues supe que tambien fue el libro favorito de la directora de bibliotecas argentinas. Creo que descubrí que existía algo llamado autosuperación con Aldous Huxley y su deslumbrante " La Isla".
Como vengo de una familia de inmigrantes europeos muy pegada a los clásicos universales, leí antes a Kafka que a los escritores latinoamericanos . Pero ya después de los 20 , me enamoré del género cuento gracias ala magia de Julio Cortázar y su escritura casi cinematográfica, como por ejemplo en " La autopista del sur" y " Axolotl" , y reí y lloré con " Los autonautas de la cosmopista. No pude nunca leer ficción latinoamericana, pese a que por una beca fui profesora a distancia de Borges en una universidad de Minnesota, y lo tuve que ller y estudiar sí o sí. Y aunque me atrapó su poesía, no me atrapó su narrativa. Prefiero leer biografías a ficción , y de los autores latinos , jamás pude treminar " Cien años de soledad" , pero me fascinó , de garcía Márquez , " Vivir para contarla" . Del mismo modos, no puedo avanzar con las ficciones de Isabel Allende, pero lloré y reí con su autobiografías "Paula ( me decidió a divorciarme, así que sí me cambió la vida ) y " La suma de los días "

¿Qué personaje le hubiera gustado encarnar? ¿Cuál le ha causado mayor impacto?
Me enamoré de todos y cada uno de los libros de Erica Jong, la de "Miedo a volar". Me impactó ver una escritura donde una mujer se ríe de sus propias desgracias y de sus propios novios con desparpajo absoluto. Para mi fue una lección de libertad en la escritura, y me pareció que vale la pena hablar de una misma en esos terminos, como hace ella con su alter ego Isadora, si eso sirve pra hacre reir a los que te leen de la otra parte del mundo. Encarnar a un personaje ...no se me ocurre ninguno...¿ Dios protagoniza alguna novela? Creo que sí valdría la pena ser Dios, y por una vez hacer las cosas, bien , no lo desastres que él está haciendo . No Dios, no ...¡Mejor que sea Diosa!.

¿Por qué lee? ¿Qué busca en la lectura?
No concibo la vida sin lectura. Soy muy curiosa, todo me interesa. Y creo que leer y escribir son los modos más divertidos de que se te vuelen las horas y los dias. Yo empiezo a leer o escribir por la mañana y de golpe ...¡ pum! es de noche, y ni se que como se me ha ido el dia . Si no fuera porque tengo que alimentar a mis hijos, ni me levanto a comer. Si estoy sola, a las diez de la noche me agarra un hambre feroz y no entiendo por qué...y era porque me olvidé de comer por escribir . Me molesta bastante tener que tener un cuerpo y tener que levantarme para ir al baño, porque eso me interrumpe la lectura o escritura. Creo que es inevitable que quien ha ledio mucho de desde la infancia, acabe escribiendo. La lectura es la gasolina de la escriutura. Si lees mucho, estas desboraddo de vioces ajenas , y en algún moneto tienes que vopcar todo lo aprendio afuera, para que ahay lugar para más adentro tuyo, para nuevas lecturas. Leyendo aprendo de todo y escribiendo me entero de lo que aprendí a la vez que transmito para mis lectores lo que yo opino, lo que aprendí y lo que estudíe . Creo que mi tarea de escritora es procesar las cosas y darselas al lector de manera mena y divertyida, de modod tal de engancharlos por la curisoidada y que ni se den cuenta de que estan aprendiendo al leer . A mi me resultamuy divertido loq ue hag, porque la televisión ( salvo un par de programas me aburre) y la gente ( salvo un par de amigas) también . Soy muy gregaria y amo estar con gente, pero la mayoría me agota, porque les presto mucha atención y finalmente veo que siempre dicen lo mismos, o no son sinceros y honestos. Yo veo que si a mi me divierte lo que hago, hago que los demás se diviertan la leerme .
Por eso mis libros se venden bien : es que logro divertir , entretener e instruir a los demás. Creo que uno lee y escribe para vivir varias vidas en una misma vida. Una sola vida humana es bastante corta y limitada, pero la lectura te abre mil universos distinstos, y si lees mucho equivale a viajar al pasado, al futuro, a otras tierras , y a vivir mil años en perfecto estado de salud ... Mientras pueda leer, por mi que me manden a una isla desierta. Eso si, con muchos libros buenos . De todo esto que me interesa muchísimo hablo en mis blogs http://porqueescribimos.blogspot.com y http:// trucosdeescritor.blogspot.com


¿Qué libro (s) le gustaría memorizar?
Ninguno, porque tengo pésima memoria. Creo que justamente por eso escribo : para no olvidar, para registralo todo. Porque siempre pierdo las llaves . Pero cuando escribo, me gustaría tener a mano un libro que me robarion , que es poara saberselo de memoria " On writing" o " Mientras escribo" de Stephen King, el maestro de la literatura de terror. No he leído ninguna de sus novelas y relatos, pero ese libro es todo un doctorado sobre el arte de escribir . Sí que quisiera memorizarlo .


¿Cree que la literatura puede cambiar el mundo? ¿Cuál considera, su utilidad?
La utilidad de la literatura es instruir hacer pensar, consolar, hacernos más humanos y éticos. Una literatura humana seguro que a la larga mejora la calida de vida de la gente, la hace más ambiciosa para bien, no la amodorra como al tele, sino que la mantiene alerta . La buena literatura combate al racismo y la discriminación. La basura propagandista también puede arruinar el mudno, claro . No podría haber guerras entre pueblos que leen mucho, porque la literatura hace que te conmuevas con algo que escribió un francés hace 150 años, con algo que escribió un hindú hace 70 años, o con algo que escribió un griego hace 2200 años. Y cada uno de ellos te habla como si fuera tu hermano, tu novio o el vecino de enfrente , lo que prueba que los seres humanos de todas las latitudes y todos los tiempos somos todos iguales, sentimos lo mismo ante las mismas cosas, sufrimos lo mismo, sin distingos de raza, latitudes o color de piel. (Estamos hablando de gente sana, no de psicópatas como Hitler ,Slobodan Milosevic o François Duvalier.)Y al mismo tiempo, mientras alguien sostenga un libro entre las manos en silencio, no hará daño a los demás. Y si quiere hacerlo ...¡ urgente, dénle otro libro!


¿A su juicio, ¿cuál es el futuro del libro?

Apuesto al e- book en una hoja de silice de 20 gramos enrrollable donde cargas con una memoria unos 20.000 libros legibles en negro sobre blanco y a la luz del pleno sol . Las baterías se cargarían con la luz ambiental. Eso para viajar, porque siempre que viajo llevo valijas repletas con libros porque la película del avion es siempre una comedia vieja y mala. En casa, dejenme con los libnros de papel, que los llenso de marcas, notas al margen y subrayados. De todos modos, tenemos libros de papel para rato porque nadie sabe cómo mercadear los e-books sin que sean pirateados en segundos. Y, a mi entender , seguimos y seguirmos en la edad de piedra de la tecnologia: las notebooks son pesadas, la navegación en internet sigue lenta y confusa, a las computadoras solo las entienden los tecnicos, y la telefonia celular es atroz con eso de las cargas de creditos y baterías que se agotan y que en un planeta techado de satélites, en tu propia cocina no tienes señal por las rejas de la ventanas! Creo que nuestros nietos se reirán de nosotros diciendo ; " Abuela, ¿cómo te las ingeniabas par escribir libros con esos armatostes lentisimos". A esta altura, los escritores deberíamos poder dictarles los libros a máquinas autoescribientes del tamaño de un anillo, mientras regamos el jardín o navegamos en un velero . Si aún nos tenemos que sentar a tipear sobre teclados conectados a una red eléctrica es porque la mafia japonesa de Vaio , Hitachi y Toshiba junto con el otro mafioso de Bill Gates no quieren simplicarnos la vida,porque se reservan el lanzamiento de esos inventos para dentro de 50 años, o sinceramente, prefieren que la gente no lea ...así hay más intolerancia, y más guerras y se venden más armas , que es el verdadero negocio millonario que hace ricas a las potencias mundiales. ¿ Ves ? No me habia dado cuenta hasta ahora, pero creo que la lectura profusa escrita por autores con valores hasta llegaría a preservar la paz mundial . Finalmente, la lectura es le mayor antídoto contra la soledad. Cuando tiene sun libro en la mano, jamás estás solo. En mis viajes frecuentes, muchas veces me atrapa la soledad.Pero si tengo un libro, su autor me acompaña con enorme humanidad y calidez, adonde vaya.

¿La telefonía celular acabará con la literatura?


Martin Cooper, inventor del celular-( $&&)=¿$%&*!!!!).

El celular de Hansel y Gretel
Por Hernán Casciari (*)

(*) Autor de la obra "Mas respeto que soy tu madre" que interpreta con
tanto exito Antonio Gasalla.

Anoche le contaba a mi hijita Nina un cuento infantil muy famoso, el de
Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.
En el momento más tenebroso de la aventura, los niños descubren que unos
pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple
que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se
descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer.
Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: 'No importa. Que
lo llamen al papá por el celular'.
Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la
vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué
espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono
móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años.
Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas
hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían
solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de
ficción.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que
se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar,
Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No
importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la
geografía.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al
dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.
¿Ya está?
Muy bien. Ahora ponga un celular en el bolsillo del protagonista. No un
viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que
existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con
saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar
llamadas internacionales cuatribanda.
¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora
que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen
la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de
texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?.
La Niña, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría
espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las viejas
historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad
menor.
Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con
incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.
Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la
llegada del leñador no es necesaria.
Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque
fuese spam.
Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de
localización de personas de Telefónica.
Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está
yendo para allá.
Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó
por la mañana.
Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o
representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como
principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la
incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía
móvil.
Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada,
si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la
camisa.
La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare)
basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la
amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces
ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler).
Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito
de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA, PERO NO TOY MUERTA. NO T PRCUPES NI HGAS IDIOTCS. BSO.
Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se
habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían
gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce
hubiera existido la promoción 'Banda ancha móvil' de Movistar.
Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por
otros más adecuados.
La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en
Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin
conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el
mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a nadie le
funciona el Messenger.
La famosa novela de James M. Cain -'El cartero llama dos veces'- escrita
en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los
correos entrantes' y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo
el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un
forastero de malvivir.
Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa
tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos.
Por ejemplo, 'Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de
cobertura', la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada
de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.
En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia
de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un
pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono
una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder
definición.
La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al
espejo sobre 'quién es la mujer más bella del mundo', porque el coste por
llamada del oráculo sería de 1,90 la conexión y 0,60 el minuto; se
contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.
También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de
solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la
literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas)
fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi
Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre
como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de
tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.
Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que
nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay
que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a
casa. La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche la Nina, sin querer-
nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las
hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.
Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no
estaremos privándonos de aventuras por culpa de la conexión
permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al
aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la
vida es aquí y ahora?
No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el
sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y
cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito
en modo vibrador.
¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo
siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un
mensaje binario, una alarma.
Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el
duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no
vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha
se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido
las migas de pan.
Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas,
incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

---------------------------------------------

Respuesta de Ana von Rebeur ( autora de la comedia teatral "Nadie plancha como yo", que con tanto éxito interpreta Valeria Kamenet)


La literatura gozará de buena salud por muchos siglos más, Casciari, dado que:

-Julieta no le podría avisar a Romeo, porque él se quedó sin batería.
- A Gepetto no le avisarían de ninguna escuela, porque las escuelas nunca avisan nada .
- Ni Tom Sawyer tenía señal en el Mississipi , ni Caperucita tenía cobertura en el bosque.
- El chanchito no podría avisar que llega el lobo, porque se dejó el cargador en lo del chanchito práctico.
- El Coronel no tiene quien le escriba porque los mensajes de texto le llegan una semana despúes .
- Al celular del Hombre de la Esquina Rosada le salta un contestador cuando él nunca contrató un modo de recibir los correos de voz.
- A la bruja de Blancanieves, de tanto mirarse al espejo, se le caería el celu en el inodoro.
- Macbeth no encuentra su celu, que además de ser negro ( los fabrican asi para que los perdamos y compremos otro) ...al estar perdido, se quedó sin batería.
- El Viejo de El Viejo y el Mar gastó la batería escuchando música
- Penélope apagó el celu para no vivir angustianda esperando que Ulises la llame ( un teléfono mirado nunca suena ).
-Godot se aburría de tanto esperar , empezó a jugar con su celu revoleándolo por el aire ...y lo rompió.
- Hansel no tenía el celular pensando que lo había llevado Gretel y ella no lo había llevado pensando que lo tenía Hansel.


La literatura sigue en pie, porque la tecnología actual sigue siendo una bosta:

-la batería no se carga con la luz solar ,
-no tiene señal en el bosque...ni en la cocina de tu casa ...¡ por que las ondas no traspasan las rejas de la ventana!
-los celulares no son de goma ni rebotan al caer
- no flotan en el agua
- no son de colores fluo ni brillan en la oscuridad...
- ¡ ni suena una alarma cuando pasa más de dos horas lejos del calor del cuerpo humano!


¡ Que alguien le avise a Steve Jobs, Movicom y Personal!
Seguimos en la Era de Piedra de las comunicaciones...

domingo, 29 de agosto de 2010

"¿Por qué cuernos me engañaste?" : Nuevo libro, y nuevo blog


Acabo de inaugurar un nuevo blog con avances de mi nuevo libro " ¿ Por qué cuernos me engañaste?" ( Todo acerca de la infidelidad) de Ana von Rebeur ( Editorial Norma), que ya está en todas las librerías . Visitalo, te vas a divertir mucho.
Su dirección es :
http://porquecuernosmeenganiaste.blogspot.com ( cuidado : no va con ñ sino con ni: enganiaste)
¡ Espero tus comentarios!