martes, 28 de septiembre de 2010

Entrevista a Ana von Rebeur en Ecuador: Sobre leer y escribir

Entrevista a Ana von Rebeur para el libro sobre escritores latinoamericanos de Edgar Freire Rubio, a publicarse en Quito, Ecuador .

¿Quién le motivó a la lectura?

Mi madre y mi abuelo maternos eran enormes lectores. Mi abuelo era unchecoslovaco autodidacta que habia aprendido 5 idiomas. Aunque era ingeniero, trabajaba y jugaba mucho altensi, creo que jam´s lo vi sin un libro en la mano. Mi abuela , que era italiana, se oefndía con él , porue la acmpañaba a misa con un libro y se pasaba leyendo a Whitman, Shopenhauer o Tosltoi durante toda la misa. Todos sus ahorros los gastaba en libros, y en eltarage tenia una bibvlioetca con tres filas de fondo de libros de suelo a techo. A mi me fascianaba metreme ahi y hojearlo todo durante horas. Suoongio que empecé a leer de tanto ver a mi mare y mi abuelos tan absortos en la lectura En algun momento habré pensado " ¿ Que tendra eso de leer de tan fantástico que les hablo y ni me escuchan?" . Ellos también rean mucho de interrumpir la lectura y comentar a viva voz " ¡ Mira qué bello lo que dice aquí!" . Y te transmitían su emoción al hallar algo hermoso. Mi abuelo recitaba La Divina Comedia de Dante Alighieri en su versión original en italiano. me obligaba a escucharlo y yo me aburría bastante, pero todavía recuerdo ese verso de " Nessun maggior dolore che ricordarsi del tempo felice nella miseria" , que es una gran verdad: " No hay dolor mayor que recordar los tiempos felices en la miseria" .


¿Qué libros leía en su infancia y de qué manera han influido en su vida?


De pequeña , leí las fabulas de Esopo y de La Fontaine , de uan sediciones con mágicos grabados antigios de mi mamá. También los cuentos de Grimm y Perrault .Ya más grande me leí toda la colección Robin Hood, de tapas amarillas , y varios de Iridium para chicos. A los 11 años leí los diarios de Anna Frank y de la pedante noble rusa Maria Baschkirtseff, vaya contraste. Mi madre me dio Cronicas de Avonlea, de L. M. Montgomery y las obras de Mark Twain, Huck Finn y Tom Sawyer. No entendí bien que era ese mundo niño solo entre negros, esa historia de la "escuela dominical" y de "prohibido jurar" que siglos después supe que era decir palabrotas en una traducción horrorosa para una niña latina. Tendrían que haber venido con un glosario o una ubicación en tiempo y espacio. Para mi esos chicos eran marcianos con vidas de adultos.No sé porqué jamás me permití, ni de niña, dejar un libro por la mitad. Aunque lo odiara , lo leía hasta el final, quizás esperando una epifanía en algún momento. Por supuesto, me leí todo Mujercitas , Homvrecitos y Ochos Primos de Louisa May Alcott .Odié a Amy y a Meg, no lamenté la muerte de Amy, Laurie me parecía un idiota si no se enamoraba de Jo, y Jo era mi heroína total y mi primer modelo de mujer feminista del siglo XIX. Por ella empecé a trepar árboles en lugar de jugar a las muñecas.Despues no entendí por qué Jo se casa con ese viejo sin gracia del profesor Baer . Hasta que yo misma encontré a mi profesor Baer en la vida...Creo que yo tenía unos tres o cuatro libros en la mesa de luz que leia al msimo tiempo. Me pareció muy triste y atrapante Papaíto Piernas Largas de Jean Webster, y Anna Karenina de Tolstoi. Mi madre era socia de varias bibliotecas y en casa jamás faltaron libros.


¿Cuáles considera los libros más importantes y de qué manera han influido en su vida?
Recuerdo haberme deslumbrado con Simone de Beauvoir como a los 12 años: me abrió los ojos a muchas cosas, me dió respuestas a muchas de mis preguntas. Y creo que descubrí el humor en literatura con el fabuloso libro Violeta , de George Whitfield Cook, que debo haber leido a los 9 años, porque ella tenía 12 y me parecía " la grande" . me identifique mucho con ella porque en la tapa de la colección Robin Hood la ilsutración la mostraba como un calco de lo que ella yo: trenzas, anteojos, un libro en la mano, un look intelectual y las medias caídas.... Muchos años depues supe que tambien fue el libro favorito de la directora de bibliotecas argentinas. Creo que descubrí que existía algo llamado autosuperación con Aldous Huxley y su deslumbrante " La Isla".
Como vengo de una familia de inmigrantes europeos muy pegada a los clásicos universales, leí antes a Kafka que a los escritores latinoamericanos . Pero ya después de los 20 , me enamoré del género cuento gracias ala magia de Julio Cortázar y su escritura casi cinematográfica, como por ejemplo en " La autopista del sur" y " Axolotl" , y reí y lloré con " Los autonautas de la cosmopista. No pude nunca leer ficción latinoamericana, pese a que por una beca fui profesora a distancia de Borges en una universidad de Minnesota, y lo tuve que ller y estudiar sí o sí. Y aunque me atrapó su poesía, no me atrapó su narrativa. Prefiero leer biografías a ficción , y de los autores latinos , jamás pude treminar " Cien años de soledad" , pero me fascinó , de garcía Márquez , " Vivir para contarla" . Del mismo modos, no puedo avanzar con las ficciones de Isabel Allende, pero lloré y reí con su autobiografías "Paula ( me decidió a divorciarme, así que sí me cambió la vida ) y " La suma de los días "

¿Qué personaje le hubiera gustado encarnar? ¿Cuál le ha causado mayor impacto?
Me enamoré de todos y cada uno de los libros de Erica Jong, la de "Miedo a volar". Me impactó ver una escritura donde una mujer se ríe de sus propias desgracias y de sus propios novios con desparpajo absoluto. Para mi fue una lección de libertad en la escritura, y me pareció que vale la pena hablar de una misma en esos terminos, como hace ella con su alter ego Isadora, si eso sirve pra hacre reir a los que te leen de la otra parte del mundo. Encarnar a un personaje ...no se me ocurre ninguno...¿ Dios protagoniza alguna novela? Creo que sí valdría la pena ser Dios, y por una vez hacer las cosas, bien , no lo desastres que él está haciendo . No Dios, no ...¡Mejor que sea Diosa!.

¿Por qué lee? ¿Qué busca en la lectura?
No concibo la vida sin lectura. Soy muy curiosa, todo me interesa. Y creo que leer y escribir son los modos más divertidos de que se te vuelen las horas y los dias. Yo empiezo a leer o escribir por la mañana y de golpe ...¡ pum! es de noche, y ni se que como se me ha ido el dia . Si no fuera porque tengo que alimentar a mis hijos, ni me levanto a comer. Si estoy sola, a las diez de la noche me agarra un hambre feroz y no entiendo por qué...y era porque me olvidé de comer por escribir . Me molesta bastante tener que tener un cuerpo y tener que levantarme para ir al baño, porque eso me interrumpe la lectura o escritura. Creo que es inevitable que quien ha ledio mucho de desde la infancia, acabe escribiendo. La lectura es la gasolina de la escriutura. Si lees mucho, estas desboraddo de vioces ajenas , y en algún moneto tienes que vopcar todo lo aprendio afuera, para que ahay lugar para más adentro tuyo, para nuevas lecturas. Leyendo aprendo de todo y escribiendo me entero de lo que aprendí a la vez que transmito para mis lectores lo que yo opino, lo que aprendí y lo que estudíe . Creo que mi tarea de escritora es procesar las cosas y darselas al lector de manera mena y divertyida, de modod tal de engancharlos por la curisoidada y que ni se den cuenta de que estan aprendiendo al leer . A mi me resultamuy divertido loq ue hag, porque la televisión ( salvo un par de programas me aburre) y la gente ( salvo un par de amigas) también . Soy muy gregaria y amo estar con gente, pero la mayoría me agota, porque les presto mucha atención y finalmente veo que siempre dicen lo mismos, o no son sinceros y honestos. Yo veo que si a mi me divierte lo que hago, hago que los demás se diviertan la leerme .
Por eso mis libros se venden bien : es que logro divertir , entretener e instruir a los demás. Creo que uno lee y escribe para vivir varias vidas en una misma vida. Una sola vida humana es bastante corta y limitada, pero la lectura te abre mil universos distinstos, y si lees mucho equivale a viajar al pasado, al futuro, a otras tierras , y a vivir mil años en perfecto estado de salud ... Mientras pueda leer, por mi que me manden a una isla desierta. Eso si, con muchos libros buenos . De todo esto que me interesa muchísimo hablo en mis blogs http://porqueescribimos.blogspot.com y http:// trucosdeescritor.blogspot.com


¿Qué libro (s) le gustaría memorizar?
Ninguno, porque tengo pésima memoria. Creo que justamente por eso escribo : para no olvidar, para registralo todo. Porque siempre pierdo las llaves . Pero cuando escribo, me gustaría tener a mano un libro que me robarion , que es poara saberselo de memoria " On writing" o " Mientras escribo" de Stephen King, el maestro de la literatura de terror. No he leído ninguna de sus novelas y relatos, pero ese libro es todo un doctorado sobre el arte de escribir . Sí que quisiera memorizarlo .


¿Cree que la literatura puede cambiar el mundo? ¿Cuál considera, su utilidad?
La utilidad de la literatura es instruir hacer pensar, consolar, hacernos más humanos y éticos. Una literatura humana seguro que a la larga mejora la calida de vida de la gente, la hace más ambiciosa para bien, no la amodorra como al tele, sino que la mantiene alerta . La buena literatura combate al racismo y la discriminación. La basura propagandista también puede arruinar el mudno, claro . No podría haber guerras entre pueblos que leen mucho, porque la literatura hace que te conmuevas con algo que escribió un francés hace 150 años, con algo que escribió un hindú hace 70 años, o con algo que escribió un griego hace 2200 años. Y cada uno de ellos te habla como si fuera tu hermano, tu novio o el vecino de enfrente , lo que prueba que los seres humanos de todas las latitudes y todos los tiempos somos todos iguales, sentimos lo mismo ante las mismas cosas, sufrimos lo mismo, sin distingos de raza, latitudes o color de piel. (Estamos hablando de gente sana, no de psicópatas como Hitler ,Slobodan Milosevic o François Duvalier.)Y al mismo tiempo, mientras alguien sostenga un libro entre las manos en silencio, no hará daño a los demás. Y si quiere hacerlo ...¡ urgente, dénle otro libro!


¿A su juicio, ¿cuál es el futuro del libro?

Apuesto al e- book en una hoja de silice de 20 gramos enrrollable donde cargas con una memoria unos 20.000 libros legibles en negro sobre blanco y a la luz del pleno sol . Las baterías se cargarían con la luz ambiental. Eso para viajar, porque siempre que viajo llevo valijas repletas con libros porque la película del avion es siempre una comedia vieja y mala. En casa, dejenme con los libnros de papel, que los llenso de marcas, notas al margen y subrayados. De todos modos, tenemos libros de papel para rato porque nadie sabe cómo mercadear los e-books sin que sean pirateados en segundos. Y, a mi entender , seguimos y seguirmos en la edad de piedra de la tecnologia: las notebooks son pesadas, la navegación en internet sigue lenta y confusa, a las computadoras solo las entienden los tecnicos, y la telefonia celular es atroz con eso de las cargas de creditos y baterías que se agotan y que en un planeta techado de satélites, en tu propia cocina no tienes señal por las rejas de la ventanas! Creo que nuestros nietos se reirán de nosotros diciendo ; " Abuela, ¿cómo te las ingeniabas par escribir libros con esos armatostes lentisimos". A esta altura, los escritores deberíamos poder dictarles los libros a máquinas autoescribientes del tamaño de un anillo, mientras regamos el jardín o navegamos en un velero . Si aún nos tenemos que sentar a tipear sobre teclados conectados a una red eléctrica es porque la mafia japonesa de Vaio , Hitachi y Toshiba junto con el otro mafioso de Bill Gates no quieren simplicarnos la vida,porque se reservan el lanzamiento de esos inventos para dentro de 50 años, o sinceramente, prefieren que la gente no lea ...así hay más intolerancia, y más guerras y se venden más armas , que es el verdadero negocio millonario que hace ricas a las potencias mundiales. ¿ Ves ? No me habia dado cuenta hasta ahora, pero creo que la lectura profusa escrita por autores con valores hasta llegaría a preservar la paz mundial . Finalmente, la lectura es le mayor antídoto contra la soledad. Cuando tiene sun libro en la mano, jamás estás solo. En mis viajes frecuentes, muchas veces me atrapa la soledad.Pero si tengo un libro, su autor me acompaña con enorme humanidad y calidez, adonde vaya.

¿La telefonía celular acabará con la literatura?


Martin Cooper, inventor del celular-( $&&)=¿$%&*!!!!).

El celular de Hansel y Gretel
Por Hernán Casciari (*)

(*) Autor de la obra "Mas respeto que soy tu madre" que interpreta con
tanto exito Antonio Gasalla.

Anoche le contaba a mi hijita Nina un cuento infantil muy famoso, el de
Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.
En el momento más tenebroso de la aventura, los niños descubren que unos
pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple
que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se
descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer.
Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: 'No importa. Que
lo llamen al papá por el celular'.
Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la
vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué
espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono
móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años.
Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas
hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían
solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de
ficción.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que
se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar,
Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No
importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la
geografía.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al
dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.
¿Ya está?
Muy bien. Ahora ponga un celular en el bolsillo del protagonista. No un
viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que
existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con
saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar
llamadas internacionales cuatribanda.
¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora
que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen
la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de
texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?.
La Niña, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría
espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las viejas
historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad
menor.
Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con
incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.
Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la
llegada del leñador no es necesaria.
Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque
fuese spam.
Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de
localización de personas de Telefónica.
Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está
yendo para allá.
Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó
por la mañana.
Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o
representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como
principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la
incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía
móvil.
Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada,
si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la
camisa.
La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare)
basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la
amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces
ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler).
Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito
de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA, PERO NO TOY MUERTA. NO T PRCUPES NI HGAS IDIOTCS. BSO.
Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se
habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían
gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce
hubiera existido la promoción 'Banda ancha móvil' de Movistar.
Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por
otros más adecuados.
La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en
Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin
conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el
mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a nadie le
funciona el Messenger.
La famosa novela de James M. Cain -'El cartero llama dos veces'- escrita
en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los
correos entrantes' y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo
el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un
forastero de malvivir.
Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa
tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos.
Por ejemplo, 'Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de
cobertura', la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada
de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.
En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia
de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un
pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono
una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder
definición.
La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al
espejo sobre 'quién es la mujer más bella del mundo', porque el coste por
llamada del oráculo sería de 1,90 la conexión y 0,60 el minuto; se
contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.
También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de
solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la
literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas)
fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi
Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre
como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de
tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.
Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que
nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay
que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a
casa. La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche la Nina, sin querer-
nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las
hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.
Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no
estaremos privándonos de aventuras por culpa de la conexión
permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al
aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la
vida es aquí y ahora?
No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el
sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y
cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito
en modo vibrador.
¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo
siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un
mensaje binario, una alarma.
Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el
duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no
vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha
se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido
las migas de pan.
Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas,
incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

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Respuesta de Ana von Rebeur ( autora de la comedia teatral "Nadie plancha como yo", que con tanto éxito interpreta Valeria Kamenet)


La literatura gozará de buena salud por muchos siglos más, Casciari, dado que:

-Julieta no le podría avisar a Romeo, porque él se quedó sin batería.
- A Gepetto no le avisarían de ninguna escuela, porque las escuelas nunca avisan nada .
- Ni Tom Sawyer tenía señal en el Mississipi , ni Caperucita tenía cobertura en el bosque.
- El chanchito no podría avisar que llega el lobo, porque se dejó el cargador en lo del chanchito práctico.
- El Coronel no tiene quien le escriba porque los mensajes de texto le llegan una semana despúes .
- Al celular del Hombre de la Esquina Rosada le salta un contestador cuando él nunca contrató un modo de recibir los correos de voz.
- A la bruja de Blancanieves, de tanto mirarse al espejo, se le caería el celu en el inodoro.
- Macbeth no encuentra su celu, que además de ser negro ( los fabrican asi para que los perdamos y compremos otro) ...al estar perdido, se quedó sin batería.
- El Viejo de El Viejo y el Mar gastó la batería escuchando música
- Penélope apagó el celu para no vivir angustianda esperando que Ulises la llame ( un teléfono mirado nunca suena ).
-Godot se aburría de tanto esperar , empezó a jugar con su celu revoleándolo por el aire ...y lo rompió.
- Hansel no tenía el celular pensando que lo había llevado Gretel y ella no lo había llevado pensando que lo tenía Hansel.


La literatura sigue en pie, porque la tecnología actual sigue siendo una bosta:

-la batería no se carga con la luz solar ,
-no tiene señal en el bosque...ni en la cocina de tu casa ...¡ por que las ondas no traspasan las rejas de la ventana!
-los celulares no son de goma ni rebotan al caer
- no flotan en el agua
- no son de colores fluo ni brillan en la oscuridad...
- ¡ ni suena una alarma cuando pasa más de dos horas lejos del calor del cuerpo humano!


¡ Que alguien le avise a Steve Jobs, Movicom y Personal!
Seguimos en la Era de Piedra de las comunicaciones...